domingo, 7 de junio de 2020

CUADERNO DE BITÁCORA. Día 6 de junio de 2020


CUADERNO DE BITÁCORA
Día 6 de junio: De vuelta al paraíso






















Termina el esparrago y comienza el tomate. Y con el tomate, comienzan también nuestras visitas a mi cuñado el hortelano. Nuestras visitas “AL PARAISO”.


Ni que decir tiene que nuestras visitas, contada así la historia, parecen interesadas. Pero la realidad es que…es que es así. Suena duro, pero así es la vida. Lo mejor de todo es que a mi cuñado el hortelano no le importa. Además este año, para disimular nos hemos acercado de visita cuando los tomates todavía están verdes, y eso todavía le gusta más “Al Gordi”, porque así somos partícipes y testigos de la transformación de sus preciados tesoros. Él, con poca o ninguna humildad, hace alarde de tener los mejores tomates del mundo mundial. Tiene siempre de varios tipos, le gusta experimentar, y como cualquier criador de perros de raza, cuida mucho la genética y el pedigree.


Nos acercamos por un camino del Ombatillo a su fortaleza, rodeada por una espesa muralla de hiedra interrumpida exclusivamente por el portón metálico en el que se puede leer: “Cuidado con el perro”. Haciendo caso al letrero le llamamos previamente al móvil en lugar de abrir la puerta sin avisar. La verdad es que los perros ya nos conocen, pero como hace meses que no vamos, mejor ser prudentes. Con el ruido del coche los perros ya ”están al loro” y se les intuye el oler tras la puerta. Nos abre “El hortelano”, “El Señor de la fortaleza” rodeado de sus fieles acompañantes: Pol, Tobi y Linda.  


Linda es la mayor de los tres. Es de color marrón claro y creo que tiene ya 17 años. Es una ancianita afable que pasa apaciblemente su vejez en este vergel. Tobi es el pequeño en tamaño y el segundo en edad. De raza Coker, tiene 14 años y no sé porqué, pero es el que manda; tal vez haya heredado de su padre las dotes de mando. Y por último Pol, también Labrador como Linda, de color chocolate y de carácter muy mejorado, ya que en su juventud fue de carácter rebelde y con una mirada que imponía, poco usual en esta raza de perros. A sus ocho años y después de largas sesiones de educación, se ha vuelto en un adulto cariñoso y amable.






Una vez hecho el recibimiento oficial, los canes se dispersan por sus verdes dominios y mi cuñado continúa con su tarea interrumpida de limpiar el fondo de su “balsa” de color cian intenso. Él, pasa todo el año allí, desde el amanecer hasta la puesta del sol, cuidando cada detalle, cada rama, cada hoja, cada brizna de césped. Su última obra fue un espectacular horno anexo a la caseta, y en el que los asados salen “Ricos, ricos”, como diría algún conocido chef. Mientras remata la tarea, mi hermana nos lleva a visitar el invernadero donde se encuentran los primeros tomates. Este invernadero es una autentica obra de artesanía, ejemplo de reciclaje y de arquitectura bioclimática. Es lo más auténtico después de mi cuñado.  


















Tablones de encofrar, puntales de obra, plásticos y mallas recogidos de obras y reciclados, gomas de riego de los campos vecinos ya obsoletas, ...


Todo este conglomerado de desperdicios se unen en perfecta armonía para conseguir el invernadero más autentico del mundo mundial. Y os puedo certificar que además de disponer de todo tipo de detalles (Ventilación cruzada con plásticos plegables, riego por goteo, agua pulverizada, etc..) su construcción está hecha a prueba tormentas en las que el fuerte viento no hace zozobrar su integridad. 


En el acceso al invernadero una puerta de fabricación casera propia de un ermitaño, hecha con listones de madera, malla, plásticos y alambres que hacen de bisagras, nos facilita la entrada. Junto a ella, una chapa de madera prensada a modo de cuaderno de bitácoras reúne la información con todas las incidencias ocurridas:
18-F- Pimientos (Poner 15-tomates INVER), 21-F-Tom-ZAR-Yogur, 26F-tom-ZAR-Yogur, 20M-tomates tierra-28Nacen, …7M_LECHUGAS –FUERA,…

Ya dentro, una enorme planta de tabaco cuida de la buena salud de los tomates ahuyentando todo tipo de insectos (Mosca blanca, pulgón,..). Nos comenta que este año no ha puesto ajos de Corella porque el año pasado cogieron “La roya” y se quedaron arrugados y sin engordar. Y lo peor de todo, de los ajos la enfermedad pasó a gran parte de los tomates. En fin, cosa de hortelanos. Yo cuando me como sus tomates, lo que menos pienso es en “La roya” o “El pulgón”.









Salimos fuera y me encuentro con un aloe vera enorme, padre y madre de todos mis áloes. Al lado, un nogal  radiante de fuerza y frutos, ejemplo de cómo se abre paso la vida muchas veces en medio de las adversidades. Este nogal, viejo y enfermo fue talado a ras de suelo; y sin saber muy bien como ocurrió, fue saliendo una ramita de su tronco mutilado, convirtiéndose en el frondoso árbol actual.
Linda y Pol vienen al encuentro para acompañarnos a visitar a las descaradas gallinas, que tras la malla no quieren perder detalle de tan distinguidos visitantes.


Damos un paseo con mi hermana, que haciendo de cicerone nos enseña los distintos rincones por los que se crían diferentes y diversas plantas cuyas finalidades varían entre la pura estética o la pura práctica: Sophoras, granados enanos, yucas,…




En fin, vamos finiquitando nuestra visita y recorremos con detalle los cuidados rincones de este paraíso. Me llaman la atención esas florecillas de azul chillón, lobelias, haciéndoselo saber a mi cuñado para que nos proporcionen alguna muestra que sirva para decorar nuestra terraza. También nos facilitan “Citronela”, para pasar el verano tranquilos sin mosquitos.









Y colorín colorado, esta visita ha terminado.
¡Que seáis felices!
Os lo merecéis.