LOS MARIACHIS LE HAN DADO EL ÚLTIMO ADIÓS
Un sombrero mejicano demasiado grande para un cuerpecillo demasiado pequeño. Pero es que el sombrero iba acorde con su gran corazón.
Nos ha dejado "El Charro" y como suele pasar con los personajes entrañables, le echaremos de menos en Corella.
Esa silueta inconfundible, esa persona poco habladora, esa mirada que lo decía todo. Siempre vivió de forma humilde y siempre vivió como a él le gustaba vivir: disfrutando de las pequeñas cosas de la vida.
Era un auténtico conocedor de la vida. Se suele decir que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Y Manolo necesitaba muy poquito: Un corrillo de campo, sus almuerzos, sus cazuelillas, su ronda de vinos cuando tocaba, la familia y unos pocos amigos.
Su amigo más entrañable "El Mataperrillos" le abandonó hace ya varios años; eran inseparables. Aquello fue una amistad muy especial.
Imagino que hoy se habrán juntado, se habrán dado un fuerte abrazo y seguro seguro que le tendrá preparada una buena cazuelilla con un buen tintorro.
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