Querido doctor, te dedico estas primeras líneas en mi blog, por lo cansino que has sido en tu intento por alfabetizarme en relación a las nuevas tecnologías.
Recuerdo (hace ya unos cuantos años) lo traumático que resultó en algunos casos del mundo de la arquitectura al que yo pertenezco, el pasar de proyectar en papel y dibujar en vegetal, a cambiar los esquemas mentales para proyectar de la mano de un ordenador. Hasta entonces para un delineante su mejor currículo eran los años y las zorrerías acumuladas en el transcurso de ellos. También recuerdo que nuestro delineante más experto (compartido por cierto con otros colegas), después de un año de transición entre la mesa de dibujo y la tableta digital que por entonces se llevaba, terminó colgando los hábitos y poniendo una tienda de chuches, ante la impotencia que sintió al ver relegadas a un segundo plano sus habilidades con el cangrejo, frente a la velocidad y perfección de un rotulado por ordenador de cualquier delineantillo novel.
La historia se repite y uno puede optar por montarse en el tren o dejarlo pasar, y ver como se aleja. Así que recojo tu guante y espero no morir en el intento.
Me encuentro ante este blog como te encuentras delante del papel en blanco al empezar un proyecto. Espero que el proceso sea parecido y tras las primeras rayas y bocetos trazados con cierta timidez, vayan surgiendo las ideas que te enganchan y entusiasman.
Adjunto a estas líneas una imagen a la que tengo especial cariño por lo que representó en su día, y todavía hoy sigue representando:
¡NO ESPERES A MAÑANA PARA HACER LO QUE TE GUSTA!
Don’t worry, be happy.
