LOS PRIMEROS STANDS
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| FERIA DEL VINO EN CORELLA. 1990 |
Esta imagen de la Plaza de los Fueros de Corella de 1990, corresponde a la primera feria del vino que organizó la "Peña del Tonel" con stands para las distintas bodegas. Se habían realizado ya algunas ferias del vino de forma más tímida, aunque con mucho esfuerzo y trabajo desinteresado en especial por parte de los hermanos Armendariz; fue cogiendo cuerpo la feria y en 1990 se dio la campanada definitiva. Se nos ocurrió a la cuadrilla diseñar un prototipo de stand que lo presentamos en el ayuntamiento y tras darnos el visto bueno, conseguimos del M.I. que se subvencionara el coste del material necesario; eran tableros aglomerados contrachapados blancos con los que montaríamos, no recuerdo muy bien cuántos puestos. La carpintería "Sanel" nos prestó sus instalaciones y nuestro amigo "Tin" fue el encargado de dar forma a los paneles que previamente me había tocado diseñar y dibujar como técnico de la cuadrilla. La madrugada del "día D", la cuadrilla con más gente de la peña, teníamos que montar en la Plaza de los Fueros lo que sería la primera feria del vino con stands y azafat@s incluídos, que por descontado no eran ni profesionales, ni contratados, ni pagados; era gente de la peña principalmente, también amigos que de forma altruista dedicaban esa mañana y parte de la tarde en montar, atender y servir a los visitantes, para una vez terminado el evento desmontar todo y recogerlo. Os aseguro que no fue "moco de pavo", en especial aquella feria de 1990 que fue la primera más profesionalizada; bueno, quizás lo recuerde peor por el transcurso que había llevado aquella madrugada. Ni que decir tiene que allá íbamos todos o casi todos de empalmada.
La feria fue cogiendo tanto cuerpo y relevancia que nos la quisieron arrebatar y hacer suya alguna que otra ciudad navarra de cuyo nombre no quiero acordarme. Afortunadamente no lo consiguieron y hoy en día la Feria del Vino de Corella constituye una de las esencias principales de las fiestas de San Miguel, a la que acuden innumerables visitantes para probar y degustar los caldos procedentes de los viñedos y bodegas de nuestra tierra.
A los pocos años, los hijos me sirvieron de excusa para escaquearme.
¡Que seáis felices!
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