domingo, 10 de noviembre de 2013

JAVIERADAS: "SECUENCIAS"


 El próximo fin de semana (15 de noviembre), se inaugura en la      Casa de Cultura de Corella la exposición sobre Javieradas, con  entrega de premios a relatos y dibujos sobre el tema, todo ello  organizado por el ayuntamiento y el arzobispado.
 Esta es mi pequeña aportación al tema. 




DEVOCIÓN, TRADICIÓN, PROMESAS . . . . .


¿Qué le mueve al navarro en una javierada?. No lo sé, quizás de todo un poco. 
Quizás sea tu primera javierada, quizás lleves muchas. Lo cierto es que cada javierada es diferente.

Sol, frío, agua, y nieve; buenos y malos ratos. Tendrás que pasar por todos ellos acumular muchas cruces para convertirte en un veterano de las javieradas. Y cuando ya lo seas, entonces te seguirás equivocando con la ropa, con el calzado, con la compañía o con tus fuerzas. Pero cuando vuelves de Javier.....,algo te ha cambiado.

Recuerdo mis primeras javieradas; terroríficas. Mucho más joven, con más fuerzas, pero con mucha menos experiencia. Los buitres me solían acechar por el plano de las Bardenas Reales. ¡Quién dice que los buitres solo van tras animales muertos!. Os aseguro que cuando me veían por el plano, afilaban el pico y no podían contener los jugos gástricos; era la oveja rezagada que cojeaba y que olía a carne de cañón. Que se lo digan a los veteranos de entonces que cargaban conmigo como marines en el frente con el compañero herido.

En los preparativos siempre me equivocaba. A veces me preparaba una mochila tan repleta de todo para que no me faltara de nada, que en la primera cuesta tenía que ir tirando el lastre de la rica comida que mi mama me había preparado con tanto cariño, para poder seguir andando. Todo esto aparte del calzado y de los calcetines; la combinación que preparaba solía ser tan desastrosa que el patorrillo que se preparaba en los pinreles, atraía irremediablemente la atención de los carroñeros.

Si me cortaba las uñas...........MAL. Me las cortaba justo la noche anterior, con un buen baño de agua caliente. OTRA VEZ MAL. Se me quedaban los pies tan blandurrios y amariconaos que las ampollas me salían ya en el portal de casa.
Pero cuando no me las cortaba........., PEOR. La uñaza me iba pegando en la punta del talabarte de calzao elegido, se me iba clavando no sé donde, pero como resultado irremediable, pasadas unas semanas las uñas se me ponían negras y se me acababan cayendo como el pelo.
Si me llevaba mucha ropa.........MAL. Si poca......PEOR.

Pero bueno, hemos ido superando esas cosillas y ya llevo veintiuna javieradas ininterrumpidas más otras anteriores diseminadas por el tiempo. Los hay con mucha más experiencia que yo, pero poco a poco nos vamos haciendo VETERANOS.

Antes, cuando veía a alguno ligero de equipaje, con las manos en los bolsillos y con la ropa justa, decía.........¡que pobrecillo!. Ahora pienso, "ese sí que sabe".

Vivimos tiempos de sofisticación, de goretex, y de camisetas y prendas térmicas mágicas; playeras y botas super-güais. Pero no te equivoques, esas cosas no son las más importantes.
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SECUENCIAS:

El camino:







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El descanso:
















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Las comidas:











                                              
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El sopor:


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La Plana Mayor:

















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El vicio:




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El desahogo:








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La meta:



                                              
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El retorno: