OTRA FORMA DE VIDA

Amanece, que no es poco.

Así rezaba el título de la peli un poco surrealista de J.L. Cuerda.

Me levanto y como de costumbre, salgo a mi terraza para observar mi amigo Moncayo y comprobar como ha estado de acertado Roberto Brasero.

Una mañana increíble. No me acuerdo cual era el pronóstico pero me da igual.

La luz va ganando terreno poco a poco, y los aviones aprovechan los primeros insectos que les ofrece el nuevo día.

Ayer al atardecer me encontré con mi cuñado, un eremita empedernido. Disfruté un rato de su brusca autenticidad y al despedirse me recordó: "Mañana te espero en el campo". Te daré unas manzanas.

Ya no hay tomates, ni pimientos, pero cuando visitas "AL GORDI" en su caseta, nunca te vas con las manos vacías.

Esta es la puerta del paraíso:

Cuando cruzas esta puerta, el tiempo toma otra dimensión. Se respira algo muy distinto a lo que vivimos todos los días en la calle y en el trabajo.

Nos recibe con "Pol", su perro fiel. O mejor dicho, con uno de sus perros fieles. Olor a hierva mojada, a jazmín, a romero.....

Como de costumbre nos da un paseo por sus dominios, contándonos las últimas novedades; nos enseña su "prunus pisardi" o más comúnmente ciruelo rojo. Nos enseña su árbol del amor, su adelfa, su enebro y su sabina. 

Orgulloso nos enseña como renace el nogal del viejo tronco, que no hace mucho tiempo, tuvo que cortar con gran pesar.

La pequeña huerta se encuentra un poco triste y desangelada en esta época del año; pero por poco tiempo.

Asoman en tierra las cebollas madre, así como los tallos de las cebollas babosas.

¡Seguro que no nos vamos de vacío!

En el rincón de la derecha una rincle de ricos apios, vecinos de las alcachofas.

De vuelta hacia la caseta, pasamos por la perrera, en la que se encuentran Linda y Tobi, que les toca estar enclaustrados hasta que termine nuestra visita.

Con un poco de suerte nos llevaremos algún huevo recién puesto de sus cuatro gallinas superponedoras.

No hay huevos recién puestos, pero para compensar nos llevaremos un buen puñado de ajos rojos de Corella y un buén trozo de calabaza, que compartiremos con algún amigo.

Bueno, se nos acaba el paseo pero no sin antes pasar por la caseta para llevarnos las manzanas que se nos habían prometido.

En el porche cuelgan unos cuantos aperos agrícolas que disfrutan, hoy día, de un merecido descanso: 

Laya, rastrillo de mies, hoz, arpella, horca, collerón y guadaña; todos ellos acompañados de una concha de peregrino que no hace mucho tiempo, estuvo visitando al santo.

El interior de la caseta no es moco de pavo. A los trece años, ya la disfrutaba yo con mis amigos para comidas y guateques. 
Claro está, no se parecía en nada a como está ahora. Yo la conocí en su estado más primitivo y original. Pero bueno, la de hoy no desmerece para nada:

Buena chimenea hecha a mano (no prefabricada), más aperos, utensilios utilizados para la matanza (en la chimenea), y un ambientillo con el sabor de lo autentico.

Las manzanas

Nos vamos, nos despedimos del eremita y.................

de paseo por el paraiso, más sorpresas:

Cuñado, espera, mira,

que te parece esta maravilla.

El secreto para todos los males de la piel:

Cura las heridas, elimina la sequedad y las erupciones; y sobre todo, te deja una carita y unas manos como el culito de un bebe.

Coge una hermosa hoja de "aloe vera" y me limpia el borde para eliminar pinchos.  

 

Y por si no funciona el consejo sobre aloe vera, yo también os hago un regalo:

Los consejos del Dtor Letamendi, a los que siempre aludía mi padre cuando se hablaba de una vida sana. Ya los he compartido alguna vez en el blog, pero.........ahí van otra vez. Están "mu, mu...bien": 

Vida honesta y ordenada,
usar de pocos remedios
y poner todos los medios
de no apurarse por nada.
La comida moderada,
ejercicio y diversión,
no tener nunca aprensión,
salir al campo algún rato;
poco encierro, mucho trato
y continua ocupación.

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