NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY
Hace un fin
de semana fui al cine a ver “El lado bueno de las cosas”. No os voy a decir que me encantase la
peli, pero me dio que pensar (aunque algunos no se lo crean).
Hace tres
días, en sesión familiar de cine, vimos “Ahora
o nunca”, película en la que Morgan Freeman y Jack Nicolson interpretan el
papel de dos enfermos terminales que coinciden en la habitación del hospital
(propiedad de Nicolson). La película, comedia y no drama, me gustó y resultó ser entretenida y
sobretodo divertida, a pesar de las ideas preconcebidas por el tema que se
trataba.
En ambos
casos se nos plantea de frente la actitud que podemos tomar en la vida ante
situaciones que en principio resultan ser poco favorables. Sin embargo, y esta
es la moraleja de las dos pelis, en ambos
casos los protagonistas optan por elegir “El lado bueno de las cosas”.
Es cierto
que cuando pasamos por una mala racha, a veces resulta difícil ver ese lado
bueno. Pero tenemos que practicar y esforzarnos
en conseguirlo. Siempre hay una parte buena en todo lo que nos ocurre,
sólo tenemos que aprender a buscarla. Si no practicamos, nunca sacaremos buen
partido de nuestras experiencias.
Hay personas
a las que esta práctica no les resulta difícil porque es innata y no les supone
esfuerzo, porque son así. Son personas optimistas, positivas, alegres……, son de
esas personas con las que siempre estamos a gusto y a las que nos gusta tener
cerca.
Por contra,
también existen personas que procuramos evitar. Personas negativas, siempre tristes,
incapaces de ver nada bueno a su alrededor; siempre ven la suerte ajena, incapaces de encontrar nada bueno en las pequeñas o grandes cosas que tienen o
pasan cerquita de ellos. Son como agujeros negros del espacio que engullen todo
aquello que tienen a su alrededor, haciendo desaparecer el más mínimo rayo de luz que se les pueda
acercar. Son aquellas personas que cuando salimos a la calle para respirar un
poco de aire fresco, en esos momentos turbios que todos tenemos, nos aparecen de
frente frotándose las manos seguros de ganarnos en el combate de cuenta-penas
al que nunca renuncian.
Yo no sé en
cuál de estos personajes me incluiría, quizás en el bipolar. Quizás por eso mi
mujer siempre me dice que soy un extremista (aunque no lo parezca) y que no
conozco la escala de grises. Me suele decir que para mi las cosas son blancas o
negras; muy buenas o muy malas; muy divertidas o un auténtico tostón. Y lo peor
de todo (o lo mejor) es que tiene razón; las cosas no son blancas o negras, el
mundo es gris.
Pero bueno,
después de todo….”aprobado”. Blanco con negro, gris; cero y diez, cinco. Aunque
no me suelo conformar con el aprobado y siempre intento subir nota.
Yo no creo
en eso que se suele decir de que con los años se acentúan tanto las virtudes
como los defectos. En eso soy claramente optimista y me niego a pasar por el
aro. Yo apuesto como mínimo por mantener con el tiempo las virtudes y aunque
sea despacito ir desprendiéndome de alguno de mis defectillos (que no son
pocos).
Es curioso
ver como con los años, el tren en el que viajamos aumenta de velocidad. Y también es
curioso observar cuantas veces ponemos en su destino todas nuestras esperanzas,
dejando escapar las oportunidades que nos surgen en el trayecto y que con
frecuencia, son mejores que aquellas que esperamos para mañana.
Como en la película
“Ahora o nunca”, vamos a dejar de esperar a que el tren llegue a su destino,
vamos a aprender “DESDE YA” a disfrutar del trayecto y de todas las
oportunidades que nos ofrece.
La mayoría
de las personas cometen el error de buscar muy lejos aquello que está cerca y
de preocuparse por lo que no tienen. Vamos a aprender a sacar provecho a lo que
ya tenemos.
A mí con
frecuencia se me olvidan todas estas cosas, pero me esfuerzo en recordarlas. Sé
que tengo mala memoria, pero no me doy por vencido.
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Y para
demostraros que no todo es teoría y ficción, os voy a contar una anécdota.
Cuando yo era pequeño y me preguntaban que iba a ser de mayor, me decían mis padres que les decía “torero vestido de soldado”. No tengo ni zorra idea de que tendría en
el subconsciente de canijo, pero ya se veía que tenía la mollera un poco
rarita; cundo terminé bachiller evolucioné un poco, sólo un poco, aunque no sé
si para mejor o para peor. Tenía una gran duda, arquitectura o piloto. Llegué a
hacer los papeles para solicitar el ingreso en San Javier (Murcia) para piloto
militar; hice también la matrícula para arquitectura. Y entonces pensé, “si me
hago piloto probablemente no haga después arquitectura, pero si me hago arquitecto
seguro que volaré algún día. Y ya lo creo que volé. Disfruté muchos años con el
parapente, después probé suerte con el ultraligero y como en la película de “ahora
o nunca”, a raíz de un susto que me dio un cabrito de médico, culminé mis sueños
de siempre haciendo caída libre; primero en tándem y después yo solito. Algunos
buenos amigos me acompañaron en los primeros pinitos con las nubes.
Con el
tiempo el susto se quedó en agua de borrajas y el carnicero que me quería haber
abierto el careto se quedó con las ganas. Yo terminé mis aventuras con muletas
una temporada y la rodilla operada. Pero no tengo la menor duda de que valió la
pena tanto el susto como la operación de menisco. ¡QUE ME QUITEN LO BAILAO¡.
El que al
viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes no segará. Y como decía Rabindanath
Tagore "Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te
dejarán ver las estrellas."
Ya vale de
tanta crisis……….........................¡ Desmelénate!.
P.D. Como buen técnico, y para que conste
y a los efectos oportunos, esto que os he comentado os lo firmo y justifico con
la documentación que a continuación se acompaña,
Fdo: Agustín
Fernández Prada
(Arquitecto y volador siempre que puede)
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Prueba docuental: 1ª Entrega:
Muy bueno, aunque necesito mucha imaginación para imaginarte desmelenado;sumo a tus películas:
ResponderEliminar"el club de los poetas muertos" de la que se sacan varias frases como el eterno “Carpe diem”, "(Subiéndose al escritorio) Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.";
Y no olvidemos a Juan Gaviota; "No creas lo que tus ojos te dicen, solo muestran limitaciones;mira con tu entendimiento y hallaras la manera de volar".
Ni al pequeño príncipe: "“-En tu tierra –dijo el Principito- los hombres cultivan cinco mil rosas en un mismo jardín… Y no encuentran lo que buscan…
-Y, sin embargo, lo que buscan podría encontrarse en una sola rosa, pero los ojos están ciegos,es necesario buscar con el corazón, lo esencial el invisible a los ojos"
Ánimo con este blog "ME GUSTA"
No esperaba menos de tu sabiduría "ZEN"
EliminarMe gusto esta historia de Agustin
ResponderEliminarMe alegro de que te guste.
EliminarSorprendente pero tienes mucha razón. Yo no tengo reflexiónes tan profundas pero creo que la vida es siempre lo que queda por vivir y lo vivido historia.
ResponderEliminarLucía
Seguro que tienes reflexiones más profundas. Otra cosa es que las manifiestes. Las mías son muy simples.Gracias por tu comentario, así me animo un poco más para escribir alguna cosilla.
EliminarMuy edificante tanto lo comentado como lo no comentado que se intuye de tu experiencia. Absolutamente de acuerdo contigo en todo incluso en tus planes de futuro profesional e inquietudes a partir de adolescente porque tambien han sido las mías, además de alguna otra....LO MALO ES LUEGO!!!! Te suena? Lo que es evidente es que tenemos no solamente el derecho sino EL DEBER de ser felices en esta vida con el límite EXCLUSIVO de no perjudicar a otras personas y... la otra enseñanza de mi vida es que la mayoría de las veces TE ARREPIENTES MUCHO MÁS DE LO NO REALIZADO QUE DE LO HECHO, así es que la crisis a la chepa, a lo hecho, pecho y siempre hacia delante con alegria de VIVIR
ResponderEliminarSe agradece tu comentario, como agradecí en su día que no preguntases para qué quedábamos en Madrid. Tienes que reconocer que fue buena idea. Quizás haya que repetir.
ResponderEliminarAhí queda esa y otras muchas fotos para la historia;poco a poco las iremos publicando. Pero sobretodo queda la experiencia.