CARTA DE PADRE A HIJO
Cuando leas estas letras te encontrarás ya por tierras
muy lejanas.
Te recuerdo ahora como “El violinista
sobre el tejado” frente a ese Moncayo que tanto he fotografiado,
que tanto hemos disfrutado y que incluso he sobrevolado con mi parapente. Ese
Moncayo que cuando he tenido ocasión lo he puesto como telón de fondo en muchas
de las casas que he tenido la suerte de proyectar en Corella. Ese Moncayo ante
el que hemos tomado una cerveza fresca en verano y que nos ha dado tantos
amaneceres y ocasos espectaculares.
Ahí, sobre el tejado, pareces estar pensando, meditando
el tomar la decisión de volar (espero que temporalmente) a tierras muy lejanas.
Tan lejanas que sólo los astronautas te pueden superar.
Te faltaba oxigeno para respirar, a pesar de los sanos aires
del Moncayo y de nuestro “Cierzo”. A muchos nos oxigenan, a ti no.
Pero haces bien, en esta vida y con los años, vas
aprendiendo que los mayores arrepentimientos vienen más de las cosas que
dejaste de hacer, que de las que hiciste aunque pareciesen fracasos.
A mis años “que ya van sumando", he tenido la suerte de
cumplir casi todo mis sueños. He tenido los mejores padres, tengo la mejor
familia, los mejores hijos y la mejor
compañera de viaje. He estudiado lo que me gustaba, arquitectura, y he tenido
la suerte de poder vivir de ella. He volado como los pájaros, que ha sido mi
gran sueño y mi gran pasión. Te deseo que por lo menos tengas la misma suerte
que yo.
Ya sabes que soy de pocos consejos, pero espero que los
años que has vivido con tu familia te sirvan siempre de faro en las noches de
mar agitada y en especial en las de mar gruesa, que las habrá. En estas
últimas, no te dejes llevar por los cantos de sirenas cerca de los acantilados,
y espero que como “Ulises” sepas evitar su influjo y no te dejes llevar por sus
cánticos dulces pero engañosos.
En fin, como me dijo tu abuelo cuando me fui a estudiar
fuera: “Mucho cuidado con todo”. Ese fue su único consejo, que me lo siguió
repitiendo entrado ya en años.
Recuerda que “Todo el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la
escarpada”. Y continuando con el testamento de García Márquez, “Trata de decir
siempre lo que sientes y haz siempre lo que te marque el corazón”. Para lo
primero, tienes el don de la palabra y la facilidad de escribir que
heredaste de tu abuelo. Para lo segundo,
espero que te sirvan de algo los años que has vivido en familia.
“Acuérdate de demostrar a tus amigos y seres queridos
cuánto te importan, porque de poco sirven los nobles pensamientos si no tienes
la sabiduría para expresarlos”(G.G.M.). Pero tú tienes la suerte de tener esa
sabiduría, sólo la tienes que poner en práctica.....ji, ji, ji
Y para terminar y teniendo en cuenta que siempre te gustó
el pensamiento filosófico, recuerda las palabras de Sócrates:
“Guíate
por tus sentimientos usando la razón para poner límites a lo ilógico, haz
aquello que te haga feliz, pero acuérdate que como seres humanos que somos
tenemos limitaciones, pero no pares
hasta llegar a estas”.
Y recuerda las letras que llevas tatuadas en tu antebrazo:
NEVER STOP BELIEVING IN YOUR SELF ¡BUEN SALTO! |
(Letras de tu padre para tu larga travesía)
¡Que te vaya bonito!